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En el baño de hombres...  

azulzelezte 55F
0 posts
3/26/2018 6:30 pm
En el baño de hombres...

(El siguiente relato lo publiqué hace 12 años en una página como ésta. Era la navidad de 2006 y es el primero que escribí. Ojalá les guste.)

Esta semana acudí a la fiesta de fin de año de la compañía. Fue en un hotel que tiene el nombre de una ciudad española, cerca de la estatua de Colón. Estuvo padre: vestidos nuevos, baile, alcohol, alegría por doquier. Desde que llegué me puse a bailar (cómo me encanta) y, para no embriagarme, pedí sólo refresco. Después de algunas piezas fui con algunas compañeras al tocador, que está en una especie de bahía a unos veinte metros del salón de banquetes por un pasillo lateral. El baño de hombres está justamente enfrente. Al salir coincidimos con un par de compañeros, que nos sacaron a bailar. Mi pareja baila muy bien y yo parezco un trompo. Después sirvieron la comida (que preferí acompañar con vino blanco), las rifas (¡no me saqué nada!) y a bailar otra vez. Volví a toparme con este amigo, digámosle Jorge. Es muy alegre y yo ya estaba muuuy alegre.
No cabe duda que el vino blanco es suave, pero pega sin que una se dé cuenta. Vino una cumbia y les juro que mis caderas se movían solas. El se aprovechó para darme un arrimón y, ay nanita, noté que estaba excitado. Lo aparté con una sonrisa, pero seguimos bailando. Después de una kilométrica quebradita, donde me puso como hilacho, tocaron un merengue. Otra vez se pegó a mi cuerpo y ya no lo rechacé. Total, todos estaban en lo suyo. Ya no podía más del cansancio y me invitó a su mesa. Está muy chavo para mí, anda por los veintitantos y tiene su noviecita. Pero cuando está tomado es muy simpático. Entre chistes y bromas bebimos otras dos copas de vino blanco; el tiempo pasaba como agua y nunca supe en qué momento puso su mano sobre mi rodilla. Cuando la advertí, lo miré a los ojos y me sonrió. Se veía muy guapo y me dieron ganas de besarlo, pero alcancé a contenerme; simplemente le pasé la mano por la mejilla y me levanté para ir al baño.
Ya no había fila en el tocador, pues muchas compañeras se fueron después de la rifa y pude liberar tensiones tranquilamente. Me sentía algo mareada y con el relax que suelo sentir al acostarme. Al salir, lo vi frente al baño de hombres, a dos metros de mí. En voz baja me invitó a entrar. Le dije que no con la cabeza. Me contestó que no había nadie. Eché un vistazo y era cierto: no vi a nadie. Lo pensé un instante y comencé a caminar hacia el banquete, pero al pasar junto a él me tomó de la mano y me jaló. No me resistí mucho, la verdad, pues efectivamente no había nadie en el pasillo...
El baño de hombres parece laberinto: entré y me topé con una pared. Podía ir por ese pasillito a la derecha o a la izquierda. El me llevó a la izquierda. Caminamos tres pasos y aparecieron los mingitorios. No había nadie. Seguimos por el pasillito y al fondo estaban los retretes. Topamos con pared y doblamos a la derecha. como cinco apartados y me llevó al último. Chico precavido. El lugar es pequeño, claro, pero cupimos los dos de pie. Nos dimos un beso largo y profundo. Lo abracé del cuello y él puso sus manos en mi trasero. Oímos que la puerta se abría y nos quedamos en suspenso, pero los pasos sólo llegaron al área de mingitorios. No dejamos de besarnos. Él me abrazaba muy fuerte y sentí otra vez su erección. ¿Yo? Desde que entré al baño prohibido sentía mi corazón latiendo rapidísimo, y para entonces el puro contacto me estaba derritiendo. Pegué mi cadera a la suya y comencé a restregarme. El me levantó el vestido lo suficiente para bajarme el bikini, se bajó los pantalones y la truza, bajó la tapa del retrete y se sentó. De la nada sacó un condón y se lo puso. Me jaló y me sentó frente a él. Me penetró fácilmente, pues para entonces ya estaba más que lubricada. Me sentía tan excitada que comencé a gemir. No me di cuenta del ruido que hacía hasta que él me tapó la boca, pues la puerta se había abierto nuevamente. No puedo evitar mis gemidos, así que preferí morderle la mano. El aguantó mis mordidas y aguantó mi bamboleo hasta que me deshice en sus piernas. Estaba muuuy excitada... Él todavía no acababa, así que siguió y siguió por otro rato. Por alguna razón no podía terminar, así que me pidió que me pusiera de pie, se puso atrás de mí, me pidió que me inclinara hacia el retrete y volvió a penetrarme. Esta posición no era muy cómoda, pues sentía que los brazos se me doblaban, pero puse una rodilla sobre la tapa y aguanté. Esta posición lo enervó y sentí que su miembro crecía más y más, hasta que me mordió en la espalda y se vino como un epiléptico. Creo que grité por la mordida, pero para entonces ya no oía si alguien entraba o no, sólo sentía el miembro moverse dentro de mí.
Agotado, se sentó y me quedé encima de él, reposando. Finalmente se levantó, ordenó su ropa y salió del apartado. Yo me quedé sentada y traté de orinar. Luego le pedí que viera si no había moros en la costa. Salió al pasillo y no vio a nadie. Volvió a entrar al baño y me dijo que saliera. Con cautela corrí al baño de mujeres. Había un par de señoras, pero no me prestaron atención y me metí a un apartado. Revisé mi vestido, no le encontré ninguna mancha y arreglé mi maquillaje. ¡Ufff! Por fin volví al salón. No habían pasado más de 15 minutos y todos seguían bailando, así que pocos notaron mi ausencia. Él estaba en su mesa, platicando con su amigos. Ojalá sea discreto, aunque lo dudo, pues los hombres suelen presumir cuestiones como ésta, así que me despedí rápidamente y salí. Comenzaba a anochecer cuando tomé un taxi. Llegué a casa contenta, pero cansada...
Ya tengo muchos compromisos familiares para este fin de año, así que difícilmente veré a alguien más. Ni modo, chicos. Que tengan felices fiestas.


Belerofonte20 37M
45 posts
4/17/2018 10:41 pm

wow! me encanto tu historia.. casi pude recrearla con tanto detalle...


guzanitoQRO 64M

7/6/2018 5:15 pm

pues aparte de muy bien detalladoq rico debe ser


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